El reflujo gastroesofágico es una de las preocupaciones más comunes en los primeros meses de vida. Muchos bebés “devuelven” leche después de las tomas y, aunque suele generar inquietud en las familias, en la mayoría de los casos se trata de un proceso fisiológico y pasajero. Sin embargo, cuando los síntomas interfieren con el bienestar del bebé o afectan su crecimiento, hablamos de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), que requiere atención pediátrica.
En este artículo, queremos contarte cómo el porteo seguro y ergonómico puede ser un aliado frente al reflujo, qué prácticas evitar y cuáles son las señales de alerta que no debemos pasar por alto.
¿Qué es el reflujo y por qué ocurre en los bebés?
En los primeros meses, el sistema digestivo del bebé aún está en desarrollo. El esfínter esofágico inferior —la válvula que impide que el contenido del estómago regrese hacia arriba— todavía es inmaduro. Por eso, es habitual que la leche suba y salga en forma de regurgitación.
👉 Esto es normal y esperado en la mayoría de los bebés sanos.
👉 Se considera un problema (ERGE) cuando el reflujo provoca dolor, irritabilidad, vómitos intensos, problemas respiratorios o dificultad para ganar peso.
¿Cómo puede ayudar el porteo en el reflujo?
El porteo ergonómico y seguro aporta dos elementos clave:
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Postura vertical: Mantener al bebé en posición erguida después de las tomas favorece que la leche permanezca en el estómago y puede aliviar las molestias.
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Regulación y calma: El contacto piel con piel, la cercanía y el movimiento suave reducen el llanto. Y un bebé que llora menos tiene también menos presión abdominal, lo que ayuda a disminuir episodios de reflujo.
No se trata de una “cura”, sino de un apoyo postural y emocional que puede marcar la diferencia en el día a día.
7 consejos para portear a un bebé con reflujo
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Mantén al bebé vertical al menos 20–30 minutos después de comer.
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Ajusta el portabebé de manera firme y segura, pero sin comprimir el abdomen.
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Procura que la espalda esté contenida y el mentón despejado, sin que la cabeza se encorve hacia adelante.
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Asegura un panel de corva a corva y la postura ergonómica en “M”.
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Haz pausas para eructar si el bebé lo necesita.
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Si das pecho en el portabebé, elige posiciones verticales, siempre con la vía aérea libre y bajo supervisión.
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Observa a tu bebé: si una postura le incomoda, prueba otra variante o portabebé.
Lo que no se recomienda
Aunque muchas familias reciben consejos bien intencionados, la evidencia muestra que algunas prácticas no ayudan y pueden ser riesgosas:
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No usar cunas o superficies inclinadas para dormir. No reducen el reflujo y aumentan el riesgo de asfixia.
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No dejar al bebé dormir dentro del portabebé. El porteo es solo para cuando estamos despiertos y vigilando.
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No mantener al bebé en posición semi-sentada (como en la silla de auto) tras las tomas: suele empeorar los síntomas.
Alimentación y cambios que ayudan
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Ofrecer tomas más pequeñas y frecuentes, evitando la sobrealimentación.
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En lactancia materna, no es útil “espesar” con cereal; si el pediatra lo indica, se utilizan espesantes comerciales.
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En lactantes con fórmula, puede indicarse el uso de fórmula espesada o el agregado de espesantes específicos.
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Si existe sospecha de alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV), se puede recomendar un ensayo de eliminación bajo supervisión médica.
¿Y los medicamentos?
Los fármacos como los inhibidores de la bomba de protones (IBP) o los bloqueadores H2 no son la primera opción. Solo se utilizan en casos de ERGE confirmada, cuando hay complicaciones como esofagitis o afectación del crecimiento. Deben ser prescritos siempre por un pediatra.
Señales de alarma: cuándo consultar
Consulta a tu pediatra si tu bebé presenta:
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Vómitos verdes o con sangre.
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Vómitos en proyectil (a chorro).
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No gana peso o incluso lo pierde.
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Mal estado general o fiebre.
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Reflujo que aparece después de los 6 meses o persiste más allá del año.
En resumen
El porteo ergonómico es un gran aliado para bebés con reflujo: favorece la postura vertical, calma el llanto y aporta seguridad emocional. Sin embargo, no reemplaza el consejo médico ni los cuidados básicos de alimentación y sueño seguro.
Recuerda:
✔️ Porteo vertical, ergonómico y siempre vigilado.
✔️ Sueño plano, boca arriba y en su cuna.
✔️ Dudas o señales de alarma → consulta con tu pediatra.
En Bien Porteado creemos que el porteo es más que una técnica: es una herramienta de conexión, cuidado y acompañamiento en los momentos más difíciles y también en los más dulces. 💚